Los orígenes artísticos del ganador del Premio de la Juventud en Compromiso Social de San Miguel de Allende no podrían ser más congruentes. Joaquín es una persona que ha dedicado su vida a la preservación de las tradiciones artísticas de nuestra pequeña y pintoresca ciudad y cuyo trabajo cada día cobra más impulso reavivando las tradiciones que de otra manera habrían quedado extintas.
Fue cuando Joaquín tuviera siete años que su abuela escuchó en la radio un anuncio que cambiaría su vida: Don Emigdio, el legendario creador de Las Estrellas de La Alborada, buscaba jóvenes aprendices.
Es así que abuela y nieto se encaminaron al taller de Don Emigdio y nacería una pasión por la elaboración de estrellas para Joaquín que ya no le abandonaría. Fue tal el entusiasmo del niño por aprender de este arte que durante mucho tiempo asistió diario para aprender este oficio. Al crecer, se vio involucrado en la organización de la logística de la tradición que año con año tanta alegría brinda a los Sanmiguelenses.
Para Joaquín el ser un jóven artista implica el conocimiento y enaltecimiento de las tradiciones y culturas de su lugar de origen. No desea que su arte pase a ser algo sacro y distante para la audiencia. En sus deseos no está que sus piezas sean exhibidas en fríos museos a distancia para la audiencia.
No, lo que él desea es crear arte vivo, arte que respire y arte que pulse con el ritmo de la gente que conviva con la creación. Piñatas que se rompan, Estrellas que bailen, Tapetes que se pisen. Siempre en movimiento: Arte vivo.
De entre sus planes está realizar un tapete monumental de 250 metros en Semana Santa para la traída del Señor de la Columna tradición que está a punto de cumplir 200 años de realizarse. Para su elaboración, necesitará la ayuda de voluntarios para poder decorar este hermoso tapete con el uso de hierbas tradicionales como la manzanilla.
La pasión de Joaquín lo ha llevado lejos: Ha difundido tradiciones de antaño que de otra manera probablemente habrían quedado en el olvido y ahora está continuando con su legado como una manera de retribución.
Enseña y da talleres a jóvenes y niños que al igual que él su insaciable curiosidad llevó a su momento a conocer y a enamorarse de sus propias raíces y a difundirlo con el mundo de generación en generación.
