Esas clases grupales de más de 10 personas en la que todos reciben exactamente las mismas instrucciones no van para nada con la visión de Valeria y Patricio quienes juntos han formado el estudio de Pilates Atané.
La palabra que en Otomí significa “ven a mi” es una forma de manifestar que para ellos llegue abundancia, estabilidad y paz así como a todos los clientes que ellos reciben y también es una especie de homenaje a la madre de Val cuya marca de productos holísticos cuenta con el mismo nombre en agradecimiento a su incondicional apoyo.

Ahora en cuanto a nuestro primer párrafo, la visión de los dueños de Atané consiste en sesiones personalizadas de preferencia individualizadas o de no más de dos personas para realmente poderse hiperenfocar en las necesidades de esos clientes ya sea la sanación de una lesión o simplemente la meta de hacerse más fuertes y flexibles.
Todo sucedió cuando la abuelita de Val sufrió una lesión en el codo y ella quería usar el pilates para ayudarla a rehabilitar más al acudir a los estudios de San Miguel grande sería su desilusión al comprobar los elevados precios por sesión que solían ir de $1,500 a $1,600 la hora.
Con costos tan agresivos para el público local, fue que la idea surgió en su mente al ver la necesidad de ofrecer un sitio con costos más asequibles para el público de San Miguel y es así que nació este gran proyecto.
Con entusiasmo Patricio se unió pues había pasado varios años entrenando y dando coaching en gyms pero al practicar pilates fue que notó resultados impresionantes en cuanto a fuerza y definición en mucho menor tiempo.
Esto y sus ganas de ayudar a los demás y dar seguimiento a sus estados fue lo que lo hizo convertirse en el match perfecto de Atané en donde se respira el más chill de los ambientes y en donde también como cliente puedes llevar a tus mascotas para que te esperen en lo que la sesión de pilates termina.
De los más de 16 tipos de Pilates, ellos eligieron el Reformer para dar sus sesiones y terapias pues estos poseen la ventaja en que los asistentes trabajan con su propio peso corporal además de poder jugar con la combinación de resortes lo que varía en fuerza y resistencia de las posiciones.
Cabe destacar que los socios conocen bastantes variantes de cada posición así como perfectamente la cantidad de resistencia que cada persona va a poder aguantar y llegar así poco a poco a los tan esperados resultados.