¿Qué es una casa más que el bastión de nuestra privacidad y de nuestros más íntimos recuerdos? Y qué mejor que tener esos preciosos recuerdos que en un lugar tan vibrante como Casa Valerie.
La propiedad promocionada por The Agency es un agasajo visual para todo aquel que guste de coloridos toques artesanales así como de un espacio que te apapacha el alma con solo de mirarlo.
La gran luminosidad permiten apreciar los pequeños detalles en decoración así como el exquisito trabajo de azulejos que de forma elegante se encuentran esparcidos alrededor de la propiedad con un ángel dándote la bienvenida al terreno mostrándote el Sagrado Corazón.
Los impecables pisos de mármol ayudan a dar un efecto óptico de mayor amplitud a la propiedad así como los divinos arcos que te remitirán a la mismísima Casa de Coyoacán de nuestros más emblemáticos artistas mexicanos.
Es al calor de la chimenea que podrás disfrutar de las frescas noches de San Miguel mientras sin duda entablas una buena charla o degustas de un gran vino de la región. Gracias a todos los detalles artísticos de Casa Valerie, se propicia la generación creativa en distintas modalidades como la literaria o con la sabrosura de la gastronomía.
La apacibilidad y amplitud del primer piso así como sus brillantes colores y su linda y pequeña fuente, dan paso al segundo en donde se albergan las habitaciones en donde la madera predomina otorgándole así un toque más rústico y casero del que sin duda será el disfrute de todos quienes la habiten o visiten.
Cabe recalcar aquí el intrincado y laborioso trabajo que poseen los baños con sus azulejos nacarados y el bello contraste que presentan con el azul Klein. Los detalles en la cabecera y burós de un bello pájaro pintado al trinar, hacen que el ambiente sea el más adecuado para entrar al mundo de la ensoñación.
Es ya en la habitación principal en la que se puede gozar del acceso a la cautivadora terraza en donde un delicioso jacuzzi te espera para poder brindar a la luz de las estrellas o ya sea que tengas deseos de tomar un baño de sol, es sin duda el sitio propicio para conseguir las doradas tonalidades mientras se admira el atardecer del sitio más afamado para ello, nuestra eternamente bella San Miguel de Allende.