Algo tiene San Miguel que a pesar de su contacto con la modernidad y de cientos de otras culturas, sigue manteniendo sus tradiciones año con año hasta que se transforma en décadas hasta que se transforma en siglos.
Ahora toca el turno de una de nuestras preferidas pues es de las más divertidas y amenas que tiene nuestro pueblo y se trata de los “cascaronazos” que como cuyo nombre indica, gira alrededor de cascarones de huevo.
Éstos cascarones están rellenos de confetis y será en este fin de semana del Domingo 1 de marzo en el Jardín Principal en el que vendedores ambulantes se regocijen con su venta que va desde el pesito por la unidad hasta los 20-30 pesos por la bolsita.

Y es que tanto chicos como grandes se divierten como enanos al reventarse los huevos rellenos de confeti en la cabeza iniciando así una especie de guerra inofensiva en donde todos quedan bañados de pies a cabeza de gotas de confeti.
Se cree que la tradición se remonta incluso al mismísimo Egipto o venir de algunas fiestas paganas de la Antigua Roma. Sea como sea su origen, lo único que podemos saber es que los fines de semana previos a la Pascua son de diversión asegurada.
Antaño esta tradición era más bien una forma de cortejarse pues mujeres solteras se daban cita en el Jardín Principal en donde pasaban los galanes y si alguno gustaba de ellas pedía entonces permiso para estallarle el huevo en la cabeza y dar así por iniciado una cita romántica. Aunque en vez de reventarle el huevo en la cabeza lo que sería muy anticlimático, el caballero estallaba el huevo en su mano y rociaba a la señorita de confeti y perfumes.

El romanticismo se perdió y evolucionó la tradición en algo mucho más juguetón y que sin duda resulta en mucha diversión tanto para niños como adultos.
Es también reciente tradición que ahora los cascarones se complementen con la elaboración de enormes flores de papel fabricadas por la abuela de el Señor Félix Luna y a quien recuerda con cariño el cómo recortaba papeles de vívidos colores para su fabricación. De igual manera usaban el material del cascarón para fabricar la cabeza de payasos con cuerpos de papel que a los niños encantan.
Así es que afinen la puntería y su agilidad para evitar “cascaronazos” en el corazón de San Miguel y prepárense para la época de Cuaresma en donde al finalizar se da el Domingo de Pascua en donde irónicamente ahora se tienen que buscar huevos escondidos dándole así un ciclo redondo al festín de los huevos.