Espectaculares sombreros, una encantadora sonrisa, vestimenta de vaquero y rubios cabellos son las primeras percepciones que te llevas al mirar a La Suki de un vistazo rápido.
Hay mucho más detrás de ello.
Empezando por cómo ha sabido hacer un sello de su particular estilo de vestimenta que combina los atuendos de los vaqueros de “esos de verdad” con la moda contemporánea hasta convertirlo en su propia marca.
Suki Palomina es el nombre del proyecto de esta astuta vaquerita en el que crea sombreros personalizados en toda la extensión de la palabra. Desde el momento que el cliente llega con ella, descubre que es capaz de obtener un sombrero único en el mundo.
¿Cómo lo hace?
En primer lugar, sus diseños de copas (parte de arriba del sombrero) son muy diferentes a los sombreros generales y su best-seller es el de copa Suki. Tras elegir la copa, los clientes también pueden optar por seleccionar el ala de la que recomendamos el “ala alacrán” pues combina con cualquier copa y se caracteriza por su inspiración en los sombreros charros mexicanos que están levantados por detrás.
Finalmente, el cliente elige la toquilla que es la banda alrededor de la copa y ¡listo! tienen un diseño exclusivo en el mundo.
El portar un sombrero más allá de moda es para La Suki un estilo de vida que da personalidad y guapura a todos sus portadores y asegura que todos los que poseen una de sus creaciones, se van sintiéndose mucho más chulos que antes con el último detalle de su pin personalizado.
Más una cowgirl no puede estar completa sin su corcel y es así que la pasión ecuestre de La Suki se desborda ante tan noble e imponente animal y no es extraño verla cabalgando a galope tendido en Rancho del Sol Dorado en donde asegura se les da a los caballos un trato ejemplar puesto que priorizan su bienestar antes que la ganancia económica.
Para ella es muy importante que la comunidad que hace turismo ecuestre en San Miguel considere no apoyar lugares que fomentan el maltrato animal y en donde sus condiciones de vida sean crueles para el deleite de los visitantes. Es tiempo de crear un turismo consciente.
Otro aspecto vital para ella es que la persona encargada de asignar el caballo a la persona inexperta conozca bien al animal y pueda instruir al jinete sobre su personalidad así como la modificación de lenguaje y conducta que tenemos que hacer puesto que los caballos son herbívoros y nosotros carnívoros y éste pueda llegar a sentirse en confianza.
Nada como la conexión histórica que el humano ha hecho con el caballo ni como el derroche de actitud y buena onda que La Suki refleja poniendo el nombre de San Miguel bien en alto.
