Un Afortunado Accidente

Así como la novela de Lemony Snicket, una serie de eventos desafortunados fueron los que dieron pie a un feliz accidente que dio como resultado la creación de uno de los panes más queridos por los amantes de la época Navideña.

El evento fue algo así en una cena de Navidad de esas elegantes en las que las muchachas usan corsets, dentro de la mansión de un Duque de Milán, estaban a las prisas en la cocina pues los invitados ya habían llegado y ansiosos esperaban por el postre. 

Un Afortunado Accidente panettone
Empty glasses in restaurant. Table setting for celebration

Pues resulta que entre tantas prisas y ganas de que todo quedara perfecto, el pobre de Toni, el cocinero, no pudo con tal nivel de presión y acabó cometiendo un garrafal error: ¡el pan se le había quemado!

Desesperado y con temor que el duque lo fuera a correr, el momento de improvisar había llegado y Toni corrió a la alacena a ver qué podía encontrar para disimular su gran error. Ahí rápidamente agarró lo primero que tuvo a su alcance. 

De vuelta a la cocina, Toni le echó a su quemada receta lo siguiente y tal vez no en ese órden (pasó en el siglo XV es difícil saber con precisión pues) huevos, harina, manteca, cítricos y uvas. 

Es así que Toni hizo la finta de que todo estaba perfecto, y cuando los invitados probaron el afortunado accidente no pudieron menos que estar sorprendidos con el resultado. El pan estaba riquísimo y adoptó su nombre de su creador: Panettone o “El Pan de Toni”. 

Tal delicia cobró enorme popularidad que se convirtió en el postre por excelencia de Navidad en Italia y posteriormente en el resto del mundo aunque el pobre de Toni seguramente no se enriqueció con las regalías. Tomó tal fuerza que sobrevivió hasta nuestros días y cuando el abuelo Giovanni Laposse estuvo por Europa, trajo a México este suculento descubrimiento. 

Los sabores a cedro y naranja confitada pasaron de generación en generación hasta su nieto, Alberto Laposse quien dio a conocer esta rica tradición con productos artesanales en las sucursales de Panio. 

Directamente desde la cocina de Toni, la interpretación de Panio del Panettone está comprometida con honrar su herencia y crear y compartir con el resto de las personas de San Miguel cuidando cada detalle para que llegue a las mesas como

 “símbolo del espíritu de gratitud y esperanza que se siente durante la época Navideña” de acuerdo a Laposse. 

Al ir a probar el Panettone de Panio, descubrirás dos variantes; una tradicional y la otra variedad de chocolate elaborados con masa madre, harina de trigo, huevo, mantequilla, confitura de naranja, azúcar, cidra confitada y uva pasa.

Celebra tu espíritu Navideño probando el Panettone de Panio teniendo en cuenta cómo a veces lo inesperado nos puede traer resultados increíblemente deliciosos.

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PEDRO FRIEDEBERG

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