La otra mejilla no se pone contra la intolerancia proveniente en contra de alguien por su ideología de género o preferencia sexual. Parece mentira que aún tengamos que hacer énfasis contra estas conductas discriminatorias en pleno 2023 pero tristemente, no hemos alcanzado aún como especie una evolución que nos permita vivir con empatía y aceptación.

Es por eso que para generar un cambio, debemos hacerlo a través de todos los recursos que tenemos y en nuestro caso es escribiendo una nota con nuestro sentir. ¿Qué podemos hacer para apoyar a un mundo más inclusivo?

En primer lugar, el no quedarse callado ante comentarios fuera de lugar o ante chistes “inocentes” es la manera. Si reprobamos una conducta o conversación, es nuestro deber hacerlo saber y mostrar que no estamos solos. El simple hecho de exponer nuestro descontento no asegura hacer reflexionar a la persona que emite estos juicios, pero sí evidenciar su latente homo, bi, inter o transfobia. Bastantes crímenes deplorables se han cometido ya en gran parte por permanecer en silencio.

Si está dentro de tus posibilidades, apoya económicamente el proyecto de la persona que pueda sufrir discriminación como comprar su arte, su boleto de concierto, asistir a su cafetería, donar a la fundación que defiende los derechos humanos, donar a Casa Frida que recibe a personas de la comunidad cuando se encuentran en situación vulnerable por sus preferencias o identidades como ser expulsadxs de su hogar. Un solo peso hace la diferencia.

Educar a tus infancias para que desde niños la sociedad aprenda a no discriminar y que más allá de eso no vea ninguna causa por la que discriminar a los demxs por sus preferencias. Absolutamente todxs somos diferentes y se les debería enseñar a los niñes a tener amor y aceptación incondicional.

Así como las infancias son capaces de aprender sobre respeto e inclusión, también los adultos mayores tienen capacidad de aprender acerca de la no discriminación. Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para cambiar tu mentalidad a aceptar a los demás y propagar el amor.

Ten apertura a momentos incómodos y no solo a lo que tú tengas establecido como un precepto normal. De esa manera aprenderás mucho más y ejercerás el respeto que todxs merecemos. 

Y no lo olvides, conviértete en un aliadx de las persona que más lo necesiten, a veces unas palabras de consuelo, un hombro en el que recargarse o un buen abrazo son lo único que se necesitan para hacer de este un mundo sin discriminación.