En un mundo que a veces recae en lo amarillista y en el que abundan los enfoques negativos como imágenes de muerte y de pobreza, es el enfoque de la lente de Gustavo Fernández Coria el que decide centrarse en retratar aquellas cosas que son exquisitas en la vida.
Hay tanta belleza en el mundo, el punto es saber observarlas y es tal la estética que abunda en San Miguel que el fotógrafo lleva 5 décadas viniendo desde pequeño a buscar retratar las calles, las puertas, el arte y los rincones que hacen de nuestra Ciudad la más bella del mundo.

Con entrenamiento análogo pero con cámaras digitales Nikon es que Fernández Coria juega con elementos como la sobreexposición o con la subexposición para crear las más interesantes imágenes en un proceso de experimentación que nunca se termina.
Tal proceso lo ha llevado a exponer en múltiples lugares del mundo como Chile y Argentina y en grandes recintos como Bellas Artes además de convertirlo en docente de su arte por cuyos secretos no guarda recelos en compartir.

Son ya el Instituto San Miguelense y la Academia de San Carlos algunas casas de educación que han contado con la fortuna de tener a Gustavo dando cátedra dentro de sus instalaciones y formando a los fotógrafos del futuro.
Esa sensibilización de la mirada de la gente por las cosas hermosas se ha convertido en una misión de vida para el fotógrafo cuyo área de expertise por así decirse se podría tratar del retrato mismo.

Y es que el fotógrafo tiene gran facilidad para el retrato del modelo y es tal su expertise y juego de color y buen ambiente que reina en su set que los modelos se sienten en grandes niveles de comodidad y no les queda más opción que dar lo mejor de sí mismos para la lente.
Otra área de investigación para Coria ha sido la de retratar los grandes murales mexicanos de la brocha de Siqueiros como Dr. Atl por mencionar algunos expositores de este gran arte.
Estamos seguros que mientras la lente de Gustavo se encuentre atenta, San Miguel seguirá siendo el lugar más hermoso para todo el mundo.
Agradecemos a las hermosas instalaciones y a la creatividad siempre presente del Hotel Matilda por hacer esto posible.