Una historia que pone a los locales con los pelos de punta y que reta a los valientes e incautos a replicarla es la del Túnel de la Huerta en el que dicen se aparece el portal para el mismísimo infierno.

Solían relatar que 3 amigos campesinos tenían que cruzar diario el túnel para poder ir a vender sus semillas y siempre les causaba gran temor y desagrado ir por ese sitio pues estaba impregnado del olor del azufre.

Uno de esos días, uno de los amigos se quedó rezagado en el medio del túnel y fue ahí donde vio una luz roja en las rocas. Con auténtica curiosidad mexicana el envalentonado hombre decidió explorar y mayor sería su sorpresa cuando a lo lejos escuchara un relinchar de un caballo para descubrir una silueta de un corcel negro que se asomaba de una enorme puerta. 

El bueno hombre preocupado por el animal quiso ayudarle a salir de ahí pero cuando se acercó para acariciar al semental se percató que de las riendas solo salía la cabeza y que no había cuerpo para acompañar a la cabeza flotante. 

Aterrorizado intentó correr pero el corcel trotó hacia él con el ruido de sus pezuñas invisibles y se dice que consiguió arrastrarlo hasta el mismísimo infierno.

Transcurridos los días, sus dos amigos fueron a buscarlo más nunca  hallaron nada más de él más que el sombrero que solía portar todo el tiempo y que jamás se quitaba para nada. 

Y es ahora que esta historia ha pasado de generación en generación que los más temerosos se adentran hasta el medio del túnel que mide aproximadamente un kilómetro de distancia y que al llegar ahí apagan sus luces a media noche y que es entonces que pueden vislumbrar la silueta del caballo y del diablo y de una misteriosa figura semihumana. 

Agradecemos la narrativa de Brenda Araiza quien presta voz y vida al narrador de la historia al “Diablito Travieso” así como a los 3 campesinos que fueron víctimas de estos sucesos sobrenaturales.