by Fer + Pablo
Hay momentos en los que parece que el tiempo se detiene, y al tener la oportunidad de ser espectador de una tradición tan emblemática, ésta no podía ser la excepción.
La fiesta de San Antonio es sin duda la más esperada del año. El “convite de los locos” se realiza el domingo siguiente al día 13 de junio, que como dato curioso la mayoría de los años ha coincidido con el día del padre. El alma de esta celebración reside con el entusiasmo del padre Toño, párroco actual de la parroquia de San Antonio de Padua.
Dando comienzo a un nuevo día, con una alborada a las 5 am como ya es tradición, en cada hogar las familias se prepararon para ser partícipes de tan gran desfile, o espectadores del mismo. Posteriormente, se dió paso a una misa de gran afluencia para agradecer los favores concedidos, realizada en el atrio de la parroquia, que concluyó para dar paso a la locura.
Durante más de cuatro horas, cuadros de locos recorrieron la ciudad, brindando en su caminar dulces, colores y alegría. Llenos de asombro, se percibieron disfraces muy diversos y complejos en su elaboración, ¡hechos de creatividad y papel mache!.
Una fiesta que trascendió a travez del pasar de los años.
Seguramente te preguntarás el por qué del disfraz y el por qué de los dulces…
Como cada año que se iniciaba, los hortelanos rendían homenaje a San Antonio para agradecer las buenas cosechas, hacían la tradicional danza del torito y a su vez regalaban fruta como gratitud por el buen temporal.
Conforme creció San Miguel, ellos continuaron yendo a bailarle a San Antonio y a aventar la fruta. La gente al verlos, empezó a decirles que estaban locos, y ellos en su vergüenza se tapaban. Así, comenzó aquella tradición de bailar disfrazados con máscaras y sombreros de palma.
La forma en la que San Miguel estaba ubicado marcó el actual acomodo de los cuadros de locos. El cuadro antiguo corresponde a toda la colonia San Antonio, el cuadro del parque a la colonia Guadiana, el cuadro del tecolote a la colonia Azteca y el cuadro nuevo a la colonia Guadalupe.
Y así, rodeados de la magia piromusical, después de un desfile lleno de color y diversión, damos por finalizado el día en el que renació la tradición en los corazones locales.