Agradecemos a Brenda Araiza

Se murmura entre las empedradas calles de San Miguel específicamente en la Calle de Loreto, vivía una anciana de extraña apariencia que solía contar con conocimientos adelantados de medicina herbolaria.

También la señora solía hablar para sus adentros dándole una apariencia de lo más inusual por lo que los rumores no se hicieron esperar entre los habitantes del pueblo quienes comenzaron a llamarla bruja y temer su encuentro.

San Miguel Leyendas La Bruja

Si la encontraban en las calles los niños lloraban y los adultos daban marcha atrás para librarse de algún maleficio de la en realidad inofensiva ancianita.

Fue un día cuando se desbocó un caballo y que casi la atropella pero que la señora logró calmarlo cuando los pueblerinos ya no pudieron más y llamaron a Asamblea del pueblo.

Ahí decidiero capturarla pues ni el mismo Padre se atrevía a acercársele para hacerla confesar de su Pacto con el Diablo.

Así pues un día en el que la señora estaba paseando por las calles, los pueblerinos la emboscaron a escondidas y la amarraron contra un árbol para obligarla a confesar sus vínculos con la brujería.

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Más la inocente señora se proclamaba inocente y llamaba todo un error, decía que ella solo poseía conocimientos más avanzados de medicina y que trataba con amor a los animales y que por eso la querían.

Más la más mala del pueblo, Guadalupe, le dijo que si no confesaba que era una bruja la seguirían torturando y la señora para calmar su dolor así lo hizo y en cuanto expresó forzada que era una bruja, Guadalupe y los pueblerinos decidieron quemarla en la hoguera.

Pero en ese momento el mismo caballo que había sido domado por la señora se encabritó y otros animales se tornaron agresivos con la gente y salvaron a la señora de una muerte segura.

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Es entonces que el Diablito travieso se le apareció a la señora diciendo que no le parecía lo que le habían hecho y que él se vengaría en su honor de todos los que le habían hecho daño. Sin embargo, el Diablo no contaba con la benevolencia de la señora pues ésta pidió clemencia contra sus torturadores ya que su corazón solo conocía el poder del perdón.

El diablo conmovido aceptó no vengarse en su nombre pero prometió que siempre la cuidaría. Tras fallecer aún hoy en día los locales de San Miguel temen acercarse a la casa de la “vieja bruja” más los que están ya más enterados, saben que solo se trataba de una historia mal contada de una dama adelantada a sus tiempos.

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TINA BUECHE

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